24.3.10

Cicatrices - Experimentado

Ellos empezaban contarme sus historias. Me tomó por sorpresa cuando los niños que hablaban decidían compartir acerca de sus madres. “My madre me compró una torta gigante,” dijo mientras que extendió sus brazos indicando las dimensiones enormes. “Mi madre es hermosa,” declaró alguien más con ojos amorosos. “Mi madre va a venir y llevarme de este lugar,” la mayor del grupo con tan solo siete años dobló sus brazos en determinación desafiante. Por ser un orfanato donde estamos puede ser que hay una pequeña posibilidad que esto ocurre. Pero sus palabras dispararon con fuerza de esta boquita directo a mi corazón.

El sufrimiento no te mueva hasta que te mueves a donde están los que sufren. Y hasta que estás movido por tu propio sufrimiento no vas a moverte a los que están sufriendo.

Antes yo decía que prefiero aprender de la Biblia que Dios nos ha provisto para nuestro beneficio en vez de en la escuela de golpes duros. Ahora no es así. Veo el valor en el sentir, para llevarme a una conciencia nueva no alcanzable a través de hechos en una hoja.

En mi ignorancia de alejar el sufrimiento de mí también alejaba los que estaban sufriendo de mí. Mientras que he aprendido a abrazar mis tribulaciones en mi vida también he abrazado las personas que están sufriendo. Esquivando el valle me hizo tropezar y caí por abajo donde por fin me dio cuenta que habían otras personas caminando allí también.

Tres días para quebrar el cuerpo de Jesucristo y verlo revivido nuevamente con cicatrices para testificar lo que pasó. Treinta y tres años sufriendo con la cruda humanidad abrasadora para quebrar su corazón, y nunca jamás verlo completamente restaurado. Él es un hombre experimentado con quebranto. ¿Pueda, yo, conocerle a Él pero ignorar su empatía y compasión? Dudoso.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.” (Isaías 53:3)

Esta es una descripción de Jesús. Específicamente la parte de la vida de Jesús cuando Él estaba entregándose si mismo. Este pasaje está lleno del sufrimiento horrífico que Jesús llevó. Él conoce el dolor. Él, aún, lleva las cicatrices. No estamos a solos.

Isaías 53:4- 9
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.


Toma nota de los diferentes tipos de sufrimiento que Jesús tomó en si mismo. ¿Puedes identificar con algunas de estos? Deja que este pasaje sea un consuelo para ti que tú no estás a solos en tu dolor y cicatrices.


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